No reparamos, en muchas ocasiones, en lo que significa tener contacto continuo con otras personas. Un rato para intercambiar opiniones, contar anécdotas, tener las conversaciones más banales... Las relaciones interpersonales y la comunicación con otros es una necesidad. Los psicólogos recuerdan que estas están ligadas a nuestra calidad de vida, luego tienen una incidencia notable en la felicidad propia.
Las personas que se consideran felices tienen características comunes, comenzando por una autoestima alta que les lleva a conocerse y aceptarse. Sienten que pueden llevar el control de su propia vida, son libres en sus decisiones, capaces de asumir cuándo se equivocan y cuándo no.
Mantener una mentalidad y un actitud positiva también ayuda, siendo capaces de comunicarnos con los demás sin miedos ni prejuicios sobre nosotros mismos. Y de esto último se desprenden cuánto ayudan las relaciones con los demás, cómo nos nutren en el día a día.
Es cuestión de calidad, más que de cantidad. Pero antes de exigir a los demás, uno mismo debe aprender a cuidar de sus relaciones, sean entre familiares, amigos o en pareja.
La buena comunicación
La calidad que define a una buena relación no se basa en lo efímero, en lo rápido, en lo momentáneo. La verdadera amistad, como la confianza y el respeto que se obtienen de la otra persona (y hacia ella) es algo que solo se consigue a largo plazo.
Vamos estrechando lazos a lo largo de nuestra vida con las personas de nuestro entorno, aquellas con las que convivimos de algún modo: porque vivimos bajo el mismo techo, porque trabajamos juntos, porque comparten nuestros gustos... No todas esas relaciones, claro, alcanzan el mismo grado de intensidad, pero las que sí lo hacen requieren de cariño y buena comunicación.
Abrirse a los demás de manera sincera y honesta genera empatía, por eso no hay que sentir reparo a la hora de expresar qué se siente, si hay confianza con la otra persona. Tampoco habría que dejar pasar mucho tiempo entre que se produce un contacto y otro con esa persona del círculo íntimo, y lo cierto es que hoy día se tienen muchas herramientas al alcance a la hora de cumplir este punto: una llamada, un mensaje a Whatsapp o por Facebook...
Estas nuevas herramientas, sin embargo, pueden actuar como armas de doble filo, como distracciones que impiden mantener el foco en otras cosas más importantes, como enviar frases de feliz cumpleaños para una hermana. El día se puede pasar en medio de “tengo que buscar frases de feliz cumpleaños para mi hermana”, “tengo que buscar frases de feliz cumpleaños para mi hermana”, y terminar sin haberle enviado una simple felicitación porque siempre ha habido otras otras tareas que se consideraban más urgentes. Y eso deterioraría la relación.
Los detalles cuentan
Por lo tanto, es fundamental sacar un poco de tiempo libre, aunque sea un rato en medio de la semana, para dedicar tiempo a las relaciones con los seres queridos. Por ejemplo, reunirse con los amigos para tomar un café, cenar en la casa de alguno de ellos o ir de compras.
Las actividades en grupo presentan la fórmula perfecta para mantener ese contacto, y hacerlo con asiduidad garantizará que, cuando no puedan ir unos, lo harán otros. Pero siempre se mantendrán vivas las ganas de echar un buen rato. De nuevo, las redes sirven de herramienta, y el ejemplo más evidente lo encontramos en los grupos de amigos de Whatsapp. Todo el que está presente en la red de mensajería instantánea forma parte de uno.
Otro gesto que no falla es el de regalar algo, más aún cuando no hay ningún motivo aparente. Es la mejor manera de hacer sentir a la otra persona importante, querida, merecedora de un detalle que, por supuesto, o tiene por qué ser caro. Las flores y los bombones son un clásico, y los regalos más personalizados ganan cada vez más peso.
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Ayuda experta
Las relaciones interpersonales llegan a ser tan estrechas que, si terminan de forma brusca, se siente un vacío irremediable, como si nos hubieran quitado una parte de nosotros mismos. Produce tristeza el saber que, de algún modo, no hemos estado a la altura o, por el contrario, sí se ha intentado dar lo mejor de uno, y pese a todo la relación ha terminado en desengaño.
Es un episodio habitual de las relaciones de pareja y, si esta ha formado una familia, cualquier cambio positivo o negativo puede afectar directamente al resto de miembros. Así lo explica esta Psicóloga en Madrid, experta en problemas de pareja, que ayuda a gestionar las dificultades y aprender de forma positiva: si se tienen problemas en la comunicación, de convivencia, celos, situaciones problemáticas, hay que afrontar una separación o divorcio, si se ha producido una infidelidad...
Si la relación tiene que acabar, no merece la pena seguir torturándose. Hay que intentar acabar bien, superarlo y volcarse con aquellas personas que todavía continúan en nuestras vidas, y que tienen mucho que aportarnos. También habrá otras por venir.
La importancia de sorprender
Sorprender es también dar importancia a los detalles, pero es importante porque puede ser un balón de oxígeno, un oasis de alegría en el estrés del día a día. Tan sencillo como agasajar a alguien con una torta de naranja, que se ha preparado con amor siguiendo la receta de torta de naranja que ofrece PlusRecetas. Puedes buscar “torta de naranja receta” en su buscador.
Sorprender gratamente con los detalles ayuda en la construcción de relaciones interpersonales de calidad, sí, pero no hay que olvidar que lo realmente importante es mostrar verdadero interés por la vida de esa otra persona, a la que se debe ofrecer comprensión y ayuda si lo necesitan. Y no estar por el mero hecho de estar, por quedar bien en una sociedad que se queda con la imagen, con la foto.
Autor: Redacción
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