Primero se produjo la ruptura de ‘Junts pel Sí’ y ahora, mientras las encuestas indican que no habrá mayoría independentista, es el debate sobre la permanencia en Europa de una hipotética República Catalana. El pasado 27 de noviembre, el ‘expresident’ de la Generealitat, Carles Puigdemont puso en duda los valores y la utilidad de la Unión Europea. “Es un club de países decadentes, obsolescentes, en el que mandan unos pocos, además muy ligados a intereses económicos cada vez más discutibles”, declaró Puigdemont. En una entrevista concedida en una TV de Israel, el exalcalde de Girona añadió que “los catalanes deberían decidir si quieren pertenecer a esta Unión Europea y en qué condiciones. Vamos a ver qué dice el pueblo catalán”. Tras un aluvión de críticas por parte de un sector del independentismo, Puigdemont matizó sus palabras alegando que no era euroescéptico sino eurocrítico.
Pero ya era demasiado tarde. ERC ya había criticado las declaraciones de Puigdemont creando así una nueva brecha en el bloque separatista. La experiencia de ‘Junts pel Sí’ sirvió para construir una mayoría en el Parlament pero también para agrandar las diferencias ideológicas entre los dos grandes partidos independentistas. Los nervios del fracaso de la DUI y los posteriores encarcelamientos de los miembros del Govern cesados tampoco ayudarían a mejorar la sintonía entre el partido de Puigdemont y ERC. Las palabras del ‘president’ destituido y ahora instalado en Bruselas se entendió como un intento de acercarse a la CUP, un partido anticapitalista y totalmente contrario a la UE. No obstante, Puigdemont no pensó en la reacción de ERC. Y si bien es cierto que rectificó al cabo de unas horas, Puigdemont había dejado claro su posicionamiento en relación con el organismo europeo. Unas palabras con un trasfondo claro: el no reconocimiento de la República Catalana. Puigdemont esperaba algún apoyo internacional, y se encontró con la indiferencia de todo el mundo. De aquí que las palabras de Puigdemont se interpreten como una pataleta de político frustrado.
Autor: Redacción