Ya hace tiempo que la ciudad de Barcelona no necesita carta de presentación alguna. La majestuosidad de la Sagrada Familia, el cosmopolitismo del Raval y el Barri Gòtic o su inacabable oferta cultural y social han situado a la capital catalana como uno de los grandes destinos turísticos no solo de Europa, sino de todo el globo planetario.
Analizándolo con perspectiva, uno se da cuenta que buena parte de su notoriedad creciente se debe a la pluralidad turística que alberga. Y es que a los ya conocidos turistas de toda la vida, los que se dejan ver en las terrazas o en la playa, hay otro segmento cada vez más palpable en la ciudad condal: el visitante de congreso.
Los datos así lo corroboran: de este día hasta final de año, Barcelona albergará casi 100 congresos nacionales y, sobretodo, internacionales, una cifra que pone en relieve que, más allá del Mobile World Congress, la gran y reluciente joya de la corona, existe un fuerte y amplio vínculo entre la ciudad catalana y los grandes eventos de esa índole.
La progresión como ciudad de congresos es tan evidente que este ejercicio se prevé como el mejor de la historia en ese ámbito, un hito que irá creciendo con el paso de los años. Sin ir más lejos, se calcula que el turismo relacionado a los eventos o ferias tiene ya un impacto en la economía local que supera los 1.500 millones de euros.
Tal contexto ha revolucionado muchos sectores, pero hay uno, el hotelero, que ha protagonizado su apogeo particular. Ahora bien, debido al gran número de hoteles en Barcelona y a sus diferentes características, hará falta afinar bien para encontrar un establecimiento concordante con los requerimientos del sector: un espacio tranquilo, normalmente céntrico y con una abanico de servicios bien reluciente a disposición de los usuarios.
Autor: Redacción
Radio en directo
