La pandemia del coronavirus ha sacudido todos los cimientos de la sociedad, ya sea creando nuevas tendencias o fortaleciendo otras que ya eran incipientes. Este último caso, por ejemplo, es el que engloba al sector de la medicina estética, que ya antes de la llegada de la Covid-19 estaba viviendo un apogeo particular en nuestro país.
De hecho, los datos así lo confirman. Según un estudio de la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME) publicado justo antes del contexto epidemiológico, alrededor de un 36% de la población española había confirmado que, alguna vez, había realizado algún tratamiento médico estético , un dato que suponía un crecimiento de 5,4 puntos porcentuales en comparación con los dos últimos años. Dicho informe, además, evidenció que el consumidor actual era muy diferente al de años atrás, teniendo en cuenta que había aumentado el número de pacientes femeninos y masculinos y, sobre todo, se trataba de unas operaciones cada vez más atrayentes para un paciente joven.
Pero el crecimiento se ha incentivado, todavía más, durante la pandemia, una etapa histórica que entre muchas otras cosas ha puesto la estética personal en un tótem muy particular. Los motivos que dan la razón a dicho auge son concisos: se tratan de tratamientos muy seguros, además de rápidos, con resultados reversibles y naturales y no necesitan período de recuperación: es decir, se puede volver a la vida normal de inmediato.
Un centro que ejemplifica a la perfección el nuevo concepto de medicina estética es el del Dr. Vladimir Rovira, una clínica de Barcelona que ofrece tratamientos de calidad y a buen precio, todo ello sustentado por las manos y el conocimiento de un médico con amplia experiencia.
Los tratamientos
Los tratamientos faciales son uno de los procedimientos mínimamente invasivos más demandados en la consulta del doctor Rovira, dado el gran abanico de opciones que existen y que se tratan desde su clínica : desde el botox, la eliminación de ojeras con ácido hialurónico y bolsas o el relleno de labios hasta las intervenciones en el mentón, el aumento de pómulos o la marcación de mandíbula, pasando por la rinomodelación, la flacidez facial, el surco nasogeniano, la hidratación facial o los hilos tensores.
Ahora bien, los tratamientos estéticos van mucho más allá. Existen, también, los tratamientos corporales -celulitis, grasa localizada y hiperhidrosos axilar-; los tratamientos para la piel -limpieza facial profunda, peeling facial, radiofrecuencia facial, la eliminación de cicatrices, verrugas o lunares o el tratamiento de arrugas y párpados-, o las intervenciones con láser -láser fraccionado, manchas de la piel, láser génesis, tratamiento HIFU o el láser para varices-. Un conglomerado de tratamientos y alternativas, al fin, que solo hacen que confirmar el crecimiento de un sector cada vez más presente en nuestra sociedad.
Autor: Redacción
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