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La situación en el centro de detención preventiva de Perpiñán es solo una muestra de un problema crónico que afecta a todo el sistema penitenciario francés
En un reciente comunicado, la Contraloría General de los Lugares de Privación de Libertad (CGLPL) ha puesto de manifiesto las alarmantes condiciones en el centro de detención preventiva de Perpiñán. La falta de espacio y el hacinamiento endémico son algunos de los problemas denunciados por esta institución.
Durante las visitas de inspección, los observadores quedaron atónitos al constatar que 315 personas estaban recluidas en la sección de hombres, a pesar de que solo había espacio para 132. Esta situación de sobrepoblación es preocupante y se agrava con la presencia de condiciones insalubres y plagas que afectan el bienestar de los detenidos.
Ante esta realidad, el Ministro de Justicia, Sr. Dupond-Moretti, ha reconocido que el hacinamiento en las cárceles de Perpiñán es un problema importante. Aunque se enorgullece de las reducciones de sentencia otorgadas a 600 presos desde enero, estas medidas son consideradas insuficientes por parte de la comunidad.
Si bien el tema de las cárceles no es competencia municipal ni intermunicipal, los funcionarios electos locales se preocupan profundamente por la situación. Ya en julio de 2019, el ahora alcalde de Perpiñán, Louis Aliot, denunció las condiciones inaceptables en la prisión de la ciudad. En aquel entonces, se reportó que 77 reclusos dormían en el suelo de celdas diseñadas originalmente para albergar a tres personas, lo cual refleja una clara falta de infraestructura y personal penitenciario.
Desde entonces, la situación ha empeorado y es urgente que el Estado asuma su responsabilidad y tome medidas concretas para abordar esta problemática. La prisión debe ser un lugar de privación de libertad, no un espacio inhumano donde las condiciones de vida sean deplorables.
A pesar de las promesas gubernamentales, la construcción de una segunda prisión en los Pirineos Orientales no parece ser la solución adecuada para resolver el problema del hacinamiento en las cárceles francesas. Se requieren acciones más contundentes y un compromiso real para garantizar condiciones dignas para los detenidos y un sistema penitenciario que cumpla con los estándares internacionales.
La situación en el centro de detención preventiva de Perpiñán es solo una muestra de un problema crónico que afecta a todo el sistema penitenciario francés. Es hora de que las autoridades tomen medidas firmes y resuelvan esta problemática, asegurando que el respeto por los derechos humanos y la dignidad de los reclusos sean prioridades absolutas en el sistema de justicia penal.
