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El Girona, como demostró ante el Sevilla de Sampaoli, es un bloque que ofrece una propuesta de fútbol bastante atractiva para cualquier aficionado
Como si fuese un motor diésel, el Girona comenzó a carburar con el trascurrir de los minutos en su cita doméstica ante el Sevilla. El conjunto entrenado por Míchel sumó un merecido triunfo con remontada incluida, merced a los tantos de Stuani y de Yangel Herrera, en el tramo final del encuentro. No sólo fueron tres puntos, sino una victoria que permite al Girona establecer un récord histórico en Primera división. Querido lector, sepa más acerca de estos datos, leyendo los pormenores de un equipo que busca asegurarse la permanencia entre los grandes de España.
El campeonato de Primera división se acerca a su ecuador y el Girona está cerca de firmar sus deberes a mitad de temporada. Una buena interpretación que debe impulsar al equipo durante el segundo tramo, etapa en la que asegurarse el billete en la máxima categoría. Se trataría de cumplir con el objetivo, y de manera holgada si nos atenemos a la actual clasificación, marcado para un bloque que ascendió después de una campaña anterior centrada en el esfuerzo y sufrimiento deportivo.
A estas alturas de la temporada, y tras vencer al Sevilla, los números del Girona son muy notables. Hagamos resumen. Después de 17 encuentros jugados, el club de Montilivi contabiliza 21 puntos. Un dato muy destacable para un grupo recién ascendido. El balance de goles también está equilibrado: 26 tantos a favor y 27 en contra. Y sólo se suma una derrota más que los triunfos (6 contra 5, respectivamente). En términos de clasificación, el Girona cuenta con 5 puntos de colchón respecto al descenso y situado a 7 puntos de soñar con Europa. El aspecto negativo reside en la tempranera eliminación de la Copa del Rey. El Cacereño fue un enemigo sorpresivo.
Siete encuentros seguidos invicto
El equipo catalán, que acabó sometiendo al Sevilla (recuerden su buen hacer el pasado curso y su presencia europea), firmó, además del triunfo, un dato histórico en su corta historia en Primera división: siete partidos sin conocer la derrota. De esta manera, el conjunto gerundense pulverizaba su anterior plusmarca de seis encuentros invicto que databa de la temporada 2018/2019, justamente cuando el equipo descendió de categoría tras una segunda parte de la temporada nada boyante. Esperemos que no sirva como precedente.
A este dato relevante debe sumarse una estadística interesante: el Girona no pierde un encuentro de Liga desde el pasado 20 de octubre, si bien es cierto que el campeonato ha tenido que parar sus encuentros con motivo del Campeonato del Mundo, torneo que coronó a la Argentina de Messi. En total: 5 empates y 2 triunfos que consolidan al equipo ante una dura cuesta de enero con continuos encuentros que determinarán su situación ante la segunda parte del curso. Otro aspecto interesante que refuerza estos datos está en algunos de los adversarios: Sevilla, Athletic de Bilbao, Real Madrid y Espanyol.
Un calendario de Liga muy sinuoso
Estos resultados positivos no sólo influyen en términos de clasificación, sino también en el estado ánimo de cuerpo técnico, jugadores y aficionados. En Girona confían con asegurarse la permanencia. Eso sí, se vienen curvas. Los próximos rivales serán el Villarreal, el Barcelona y el Valencia. Tres citas que pueden girar una cómoda situación en la clasificación.
Tres adversarios, además, complicados para enderezar uno de los graves problemas con los que cuenta el Girona. El conjunto de Míchel no ha conseguido alcanzar el final de ningún encuentro de Liga con su portería a cero goles. Y este dato no es muy agradable si se desea permanecer entre los grandes. Esta advertencia puede ser síntoma de problemas defensivos o, quizá, de un planteamiento deportivo que no especula y que no aparca del autobús en su línea defensiva, como se diría en términos meramente futbolísticos.
Fútbol atractivo, sin especular
El Girona, como demostró ante el Sevilla de Sampaoli, es un bloque que ofrece una propuesta de fútbol bastante atractiva para cualquier aficionado. No busca defender y defender. Ni siquiera administrar fuerzas, sino morder al rival de turno sin descanso, de buscar el marco contrario, como se certificó ante el Sevilla. Cuatro ocasiones en los primeros diez minutos. Y éstas fueron en aumento a medida que el Girona comenzó a carburar, hasta acabar ahogando al Sevilla, empecinado en sacar el balón jugado. Así se firmó una remontada que sitúa al Girona en la zona templada de la clasificación.
Una actuación colectiva que puso de manifiesto el interés de toda una ciudad en un equipo que buscará alcanzar el objetivo hasta el final. Después de tres cursos en la categoría de plata del fútbol nacional, el Girona desea hacerse con un sitio entre los grandes y consolidar un proyecto a través de un entrenador valiente, como lo son Valverde e Iraola (técnicos de Athletic de Bilbao y Rayo Vallecano, respectivamente), los otros dos responsables técnicos que, según los entendidos, mejores planteamientos de un futbol atractivo ofrecen al espectador. Míchel, como habrán adivinado, es el tercero y su Girona desea así ser reconocid
