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09-01-2022 | 14:24hs
•CRóNICAS DEL CONGRESO

Un diputado. Una oficina de diputado

La pregunta clave ¿Cuántos diputados están dispuestos a asumir la democracia real?

Uno de las grandes derrotas de la democracia en España ha sido otorgar a los grupos parlamentarios de un poder exclusivo en el Congreso, y por lo tanto, en la vida política. Los diputados, legislatura tras legislatura, acaban sometidos a una disciplina de grupo que impide en muchos casos actuaciones al margen de las decisiones comunes.

Muchos diputados provinciales no pueden representar a sus ciudadanos y quedan encorsetados en unas dinámicas que los alejan de la realidad. Son conscientes que para perdurar en su cargo deben satisfacer más a su propio grupo que a los ciudadanos que les han votado. Un buen líder nacional les garantiza su renovación en el cargo aunque jamás hayan resuelto el problema a sus votantes directos.

Algunos creemos que ese modelo, necesario para el nacimiento de la democracia, debe ser superado. Y los diputados, a pesar de estar inscritos en grupos parlamentarios, deben trabajar de forma individual para atender a sus votantes. En ese aspecto el modelo americano donde cada diputado tiene su propia oficina es un modelo no sólo válido sino necesario. No tiene sentido que un diputado, por ejemplo de Girona, vote a favor de un proyecto que perjudique a Girona por disciplina de grupo.

Entendemos que hay elementos comunes, como la Justicia, la Sanidad, la política exterior o la Educación, entre otros, que deben tener un criterio común en los grupos. Pero también que hay muchas iniciativas que pueden dar juego a los diputados de forma individual. Esto no sólo serviría para reforzar su utilidad, sino, así mismo, para aumentar ese vínculo necesario entre la política y los ciudadanos.

Es un reto complicado, pero necesario, en este momento de la democracia en España. Ver cada día más diputados que se separan de sus grupos y que son conscientes que su labor se debe a los ciudadanos que les han votado y no a los grupos donde están inscritos. No es un acto de traición - como algunos venderán - es más un acto de coherencia. Hemos visto ya los primeros movimientos, pero creemos que deberíamos ver más casos en breve.

Todo además con un fin claro. Convertir la elección de los diputados en un nexo de unión entre la política y sus votantes. Que cada votante sepa cuál es su diputado y que pueda consultarle a él o su oficina sus dudas más locales. Que el diputado sepa que de su trabajo diario saldrá su reelección. El reto hacer política cada día. La pregunta clave ¿Cuántos diputados están dispuestos a asumir la democracia real?




Link:
https://gironanoticies.com/noticia/164016_undiputadounaoficinadediputado-1.htm