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El sector de la logística no ha dejado de evolucionar en los últimos años mediante la aportación de las nuevas tecnologías
Ya hace tiempo que las nuevas tecnologías lucen una relevancia omnipresente en nuestra sociedad. Se hacen visibles en nuestras casas, en la oficina o en las tiendas y establecimientos donde compramos, pero también han conseguido un rol notorio en otros sectores a priori más tradicionales, como puede ser por ejemplo el mundo del transporte y la logística.
Y es que en un mundo en el cual los envíos han ido aumentando su volumen y frecuencia, dicha evolución ha supuesto, de manera inherente, que la digitalización y los recursos más modernos se hayan convertido en fieles compañeros de viaje. La plataforma Clicktrans.es es un buen ejemplo de ello: a través de su soporte online, pone en contacto clientes o empresas que necesitan hacer un envío con una red de transportistas con una red de más de 50.000 transportistas verificados en toda Europa.
Pero existen muchos otros casos que justifican la evolución de este sector. Así pues, la revolución digital ha cambiado de manera convincente la concepción de transporte hasta el punto de convertir las empresas en proyectos cada vez más competitivos, especialmente en el ámbito del transporte terrestre y marítimo, donde los cambios son considerables y reiterativos. Una de las incorporaciones más influyentes de los últimos tiempos ha sido el Sistema de Transporte Inteligente, la tecnología ITS, que utiliza la informática aplicada para solucionar los problemas propios que existen en el transporte terrestre en concreto. De hecho, su importancia es tal que hoy en día se erige como el principal valor diferencial para distinguir a las empresas.
Ahora bien, ¿qué conlleva dicha tecnología? Lo cierto es que el transporte en Europa se ha beneficiado sobremanera de ella, dado que representa una ventaja tanto por el cliente como para la empresa. En concreto, la tecnología ITS permite un uso mucho más eficaz y eficiente de los recursos disponibles, así como de la información y las infraestructuras. Por ejemplo, ahora los transportistas pueden conocer el estado de las carreteras o las condiciones meteorológicas a tiempo real, lo que los ayuda a variar el itinerario si es necesario y, por lo tanto, a ahorrar combustible y tiempo.
Pero dicha tecnología no solamente se aplica en factores externos. En este caso, también ayuda a potenciar el propio vehículo, teniendo en cuenta que mediante los sensores incorporados es posible detectar averías, tener controlada la posición exacta e, incluso, realizar un estudio acerca del estilo de conducción de cada empleado.
